Chapter 39
Chapter 39
Clara había ido detrás de Dixon hasta donde el grupo de lobos irían a cazar. Rápidamente pudo detectar a Ethan en una esquina apartado de todos con una expresión molesta en su rostro. Eso la puso nerviosa. No quería además tener al lobo con malas pulgas cerca Content © NôvelDrama.Org.
-Clara-Dixon le murmuró por encima del hombro – Ponte a mi lado.
La loba que hasta el momento casi caminaba sobre la sombra de él le hizo caso y se puso a su lado, aunque no alzó la cabeza y mantuvo sus manos apretadas delante de ella. No quería ver las expresiones y el rechazo de los otros lobos hacia ella.
– Permitiré que Clara vaya a cazar – comenzó a decir Dixon pasando un brazo por detrás de ella. Su mano se puso de forma posesiva sobre su cadera a modo de advertencia. Y los demás lo supieron pues bajaron sus cabezas en sumisión.
Dixon se inclinó hacia la loba y le susurro al oído.
-No serás usada de carnada esta vez. Solo rastrea y regresa cuando terminen- su tono era demandante.
Clara asintió levemente y cuando la mano del alfa se levantó de su cadera ella caminó en dirección a Ethan que la esperaba, solo que se detuvo cuando estaba llegando a él. Un olor que no era familiar le llegó y provenía del cuerpo de él. Más bien, estaba bañado en una dulce feromonas que hizo que su corazón palpitara de dolor. Apretó los labios y se mantuvo quieta.
Ethan notó la reacción de su mate y se acercó a ella. Su mirada se encontró por encima de la cabeza de esta con la de su hermano que no estaba nada complacido con dejarla ir con él, aunque sería un
mal necesario. Sabía que si a la loba le arrancaban un solo pelo ellos dos terminarían peleando a muerte.
-¿Qué ocurre?- le dijo él con una sonrisa dado que su estado de ánimo había mejorado al verla a ella y poder oler su fragancia.
Clara no le respondió y apretó aún más sus manos delante de ella. Ethan se inclinó hacia adelante hasta que sus labios estuvieron a la altura de la oreja de ella.
-Acaso es porque huelo a otra hembra – jugar y provocar era algo que se le daba muy bien a él, quizás podría formar un poco los celos de su compañera a ver como reaccionaba. Verla celosa sería de seguro un espectáculo. 1
Clara hizo un sonido con la garganta tan bajo que apenas pudo escucharse, pero nada más. Ethan se sintió decepcionado.
-Fue solo una hembra que intentó provocarme- le dijo antes de dejar un beso en su mejilla Nada más. Tú eres mía, solo me interesas tú. Aunque…- se inclinó y olió el hueco del cuello de ella-Estás plagada del olor de mi hermano y aún queda algo de rastro de tu excitación- su tono se volvió gélido imaginándose que pudo haber pasado, aunque aún podía oler la virginidad en su interior. Y con eso se enderezó con la sonrisa un poco desvanecida pudiendo apreciar como las manos de ella temblaba. Al menos no se había puesto a llorar.
Minutos después el grupo conienzó a transformarse. Clara lo hizo más lento y detrás de la espalda de Ethan. Dixon aún estaba ahí con un porte vigilante y muy serio. Delante de ella
Ethan retiró su camisa y la dejó caer en el suelo flexionando sus músculos para soltar el pantalón y comenzar la transformación hasta que su cuerpo se llenó de pelaje dorado y apareciera en su lugar un lobo enorme de color dorado.
Ethan sacaba los centímetros con creces a todos los que estaban allí, y por supuesto mucho más a ella. Esta vez seria el que dirigiría el grupo al menos hasta el área de caza y después… vería como era que lo hacían sin despegarse de su loba. Y hablando de ella, girándose acercó el hocico al de ella y lo tocó con la punta de su nariz. Ella dio un paso hacia atrás con la cola entre las patas y marcada sumisión.
-No te separes de mi lado en ningún momento ¿Entendiste? Si lo haces te agarraré de la nuca y te traeré de vuelta – gruñó. Clara simplemente pudo soltar un jadeo en respuesta. No era como si pudiera ir en contra. Solo que Ethan no sabía que ella era la que solía dirigir el grupo cuando cazaban dado su olfato que los llevaba directo a la presa, así que cuando comenzaron a correr para ella fue fácil ponerse a la cabeza y aunque él era mucho más grande tuvo que reconocer que ella corría ágilmente. Y bien lo sabía él que había tenido problemas en el pasado para seguirle el paso. Dixon se quedó detrás un poco incómodo. Algo no le gustaba y estaba intranquilo, sobre todo porque la loba estaba lejos de él.
-Alfa- y por supuesto ahí estaba el beta para comenzar a trabajar. Aun así, estuvo alerta, porque no sabía porque dentro de él su instinto le decía que estuviera listo para ir en busca de Clara.